La Bombonera

La Bombonera

La Bombonera es el estadio Boca Juniors y, como no es difícil de imaginar, se encuentra en el distrito de La Boca, en el centro de Buenos Aires.

Debe su nombre a la forma que recuerda a una caja de bombones. El equipo de Boca fue el favorito de los inmigrantes genoveses, por lo que los hinchas de Boca se llaman xeneises (“genoveses” en dialecto genovés). Están muy orgullosos de esta genovedad, hasta el punto de que el sitio de Boca se traduce a tres idiomas: inglés, italiano y genovés.

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Inicialmente, el estadio estaba hecho de madera. En 1934 el arquitecto esloveno Viktor Sulčič ganó el proyecto de licitación para reconstruirlo.

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Ahora el estadio solo alberga a fanáticos locales, alrededor de 50 mil espectadores, y todo está reservado para los socios. En Argentina, los equipos de fútbol no son tan privados como en Italia, sino que son asociaciones deportivas. Por cierto, Boca Jr. es una asociación deportiva que cuenta con equipos de fútbol masculino y femenino, voleibol y baloncesto.

Los miembros contribuyen anualmente con una cuota y tienen acceso a la compra de suscripciones de asientos. Obviamente hay más miembros que asientos, es por eso que cualquiera que logre obtener un asiento en la Bombonera le pase de padre a hijo y hay una lista de espera. Los miembros activos son los miembros que tienen acceso a los juegos, los miembros son miembros que no tienen acceso a los juegos y están en la lista de espera.

Actualmente Boca tiene alrededor de 75 mil socios, de los cuales 50 mil están activos. Para dar acceso al estadio, se eliminan los miembros activos que tienen un retraso de más de 6 meses en pagar la tarifa.

Quien quiera ir a ver un partido de Boca durante un partido de liga, debe encontrar un suscriptor miembro que “venda” el acceso. Los boletos también son muy caros porque son imposibles de encontrar de manera directa. Existen intermediarios que venden estos accesos a turistas, pero no tengo recomendaciones que hacer, excepto tener cuidado de no tomar uno.

Una alternativa es asistir a un partido de Copa Libertadores y Copa Argentina, donde las entradas se venden al público como en Italia.

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Nepotismo del fútbol
Una entrada a un juego del superclásico, que podría describirse como el derbi de Buenos Aires, entre Boca y River, puede costar fácilmente 1000 €.Pero aunque es difícil asistir a un juego, puede ir al anexo Museo de la Pasión Boquense, donde una exposición, la primera piedra para la construcción de la primera etapa de la Boca, las diversas De Copas Libertadores, fotos, miniaturas de Boca, camisetas de futbolistas que han hecho la historia de Boca (incluidos varios de Maradona). Por un costo adicional, también es posible hacer un recorrido por el estadio (10 € en total).
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La Copa Libertadores de América es el equivalente sudamericano de la Liga de Campeones

IR AL ESTADIO

Si eres un fanático del fútbol, realmente te recomiendo que intentes asistir a un juego de Boca porque es un estadio único en el mundo, independientemente de tus gustos futbolísticos. El estadio, gracias a su forma particular, abarca el campo de fútbol y los fanáticos y la alegre coreografía te hacen sentir como el centro de un gran espectáculo. ¡Es realmente otra cosa en comparación con los partidos de fútbol italianos!

Atención: para acceder al estadio se controlarán las bolsas y mochilas: no se puede ingresar con objetos punzantes (como biro) o con botellas o latas. Dentro del estadio hay un bar abierto para todos y están los vendedores ambulantes habituales que viajan por las gradas (los precios son razonables).

Con motivo de los partidos, las calles que rodean el estadio están cerradas y llenas de vendedores ambulantes de salamis, sándwiches con carne, merchandising, bebidas, etc. Los habitantes del barrio se convierten en empresarios y abren las ventanas de la casa, donde exhiben artículos para la venta. Hay quienes simplemente ponen en la parrilla del patio trasero más carne de la necesaria para el asado de domingo que luego vende en la ventana de la casa, y quien en cambio lleva la parrilla directamente a la calle.

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Hay varias entradas al estadio, dependiendo de dónde se encuentre tu asiento. Una vez que llegue a su lugar, se sentirá en medio de un escenario. Creo que el partido de fútbol es menos de la mitad del espectáculo: ¡los fanáticos suben al escenario!

Para calentar los espíritus, los fanáticos con el abejorro (tambor) marcan el ritmo de los coros del estadio, lanzando rayas con los colores amarillo-azul, globos y confeti. Aquellos que tienen un asiento en las gradas están golpeando sus manos contra las vallas metálicas. La gente canta y salta al unísono y el estadio no tiembla, late, como el corazón de la pasión.

Incluso yo, que no soy un gran fanático del fútbol y solo fui a San Siro y al Delle Alpi (¡imagínate cuántos años han pasado!), Me entusiasmé con la Bombonera. En cuanto al partido en sí (apenas lo mencioné), el juego es mucho más terrestre y menos jugado que en Italia, donde para cada acción los jugadores se tiran al suelo y llaman al árbitro para reclamar una falta.

¡ Dale boca y Dale Dale boca!

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